¿Qué te detiene para hacer un cambio en el sueño de tu bebé?
Constantemente leo en los grupos a mamás cansadas, preocupadas, frustradas que buscan un consejo o una guía para hacer frente a este tema. Así que decidí hace unas semanas hacer esta pregunta a través de mis redes para poder resumir lo que sentimos como mamás con respecto a hacer un cambio cuando el sueño del bebé no va bien. Si tú y el bebé no están durmiendo bien no están cumpliendo con una necesidad vital por ende es momento de evaluar la situación actual y que es lo que te está frenando.
1. El llanto
Por lejos este es el tema número 1 de toda mamá al hablar de sueño y era el que más me preocupaba. Cuando mi marido y yo decidimos que era tiempo de buscar una solución porque la falta de sueño nos estaba afectando a todos, la idea de hacer algo que terminara en escucharlo llorar toda la noche era aterradora. Si ustedes son algo como yo, una buena manera de hacer frente a este temor es sentarse seriamente y analizar el tema como pareja. Están despiertos hasta altas horas de la noche, logran dormir un par de horas de sueño ininterrumpido, tienen muy poco tiempo para compartir en pareja, está la relación siendo afectada por la falta de sueño, son algunos temas a considerar.
Como mamá analiza también cómo estás funcionando, estas cansada todo el tiempo, la paciencia escasea, estas frustrada y angustiada, te sientes deprimida, estas resintiendo a tu pareja o al bebé, la falta de sueño además te tiene malgenio y poco tolerante, ¿cómo estas ahora eres la mejor versión de ti misma para cuidar y nutrir a tu bebé?
Entonces hagan una lista de pros y contras sobre lo que implica ayudar a que el bebé desarrolle las habilidades que necesita para dormir. En los pros, todos esos problemas actuales que acabo de describir desaparecen, van a estar como padres más descansados, felices, y ser una mejor versión de ustedes mismos para su pequeño. El bebé también va a ser un bebé más descansado y feliz ya que el sueño es indispensable para su desarrollo emocional y físico, va a ser una mejor versión de si mismo.
En mi lista, los pros seguían apareciendo mientras que los contras eran muy pocos y estaban encabezados por la posibilidad de llanto. No sabía ni cuánto podría haber, ni si iba a suceder solo que era una posibilidad y al compararla con todos los beneficios que había encontrado mi decisión estuvo tomada.
Aquí también es importante hacer una distinción entre lo que es dejar a un bebé llorar sin atención, sin propósito, sin un plan y lo que es un proceso informado donde vas a acompañarlo y ayudarlo si esa posibilidad de llanto se presenta.
2. La culpa
La culpa las madres la sentimos prácticamente en cada paso y decisión que tomamos no solo cuando del sueño del bebé se trata. A mí me pasa con frecuencia, creo que antes ese bichito tenía más cabida en mi mente y he ido aprendiendo a decirle que su opinión no es bienvenida. No ha sido fácil pero creo que está en nosotras el tomar el control de nuestras decisiones y no dar tanta cabida a la culpa.
Algo que me ha ayudado mucho es pensar con cabeza fría. Toda decisión que compete a mi familia y me entra algo de sentimiento de culpa, para mí merece un poco más de análisis y no la apresuro. Elige una noche que tengas algo de espacio para pensar y conversar al respecto, si te quieres relajar y te gusta, tomate una copa de vino y siéntate con papel y lápiz. Descubre que es lo que te está molestando o te está produciendo ese sentimiento. Que variables están en tus manos y cuales no tienes ningún control. De lo que identifiques que está en tu poder puedes sacar el mejor provecho para mitigar la culpa. Y revisa la lista de pros y contras que mencionaba antes, podrás reforzar el porqué de tu decisión y tener argumentos para cerrarle el paso a la culpa.
Un factor que apareció mucho entre sus respuestas y que va relacionado a la culpa es el hecho de trabajar todo el día y sentir que en las noches vas a compensar el tiempo que no le has podido dedicar en el día. Esto es algo que también lo converso mucho en la consulta. Primero que nada no te sientas mal por trabajar, si lo haces es por el bien de tu bebé y de tu familia asique empieza por aceptar esto como una realidad. Segundo hay que tener claro que la noche es para dormir, tanto tú como el bebé. Ningún tiempo adicional con él que este resultando perjudicial para la salud de todos va a valer la pena. Fíjate como objetivo el llegar a la casa y en lugar de buscar cantidad de tiempo dale lo que está en tus manos y es calidad de tiempo. Apaga tu celular, ipad, televisión y siéntate a jugar, leer, darle de comer o lo que fuera acorde al tiempo que tengas. Y parecería bastante lógico lo que digo pero es difícil de lograr, en esta época tecnológica el realmente desconectarnos y estar presentes en cuerpo y mente puede resultar bastante retador. Sin embargo, si sacas el mayor provecho a esos tiempos juntos podrás empezar a valorarlos más y sentir que debes compensarlos menos.
3. El miedo
Los seres humanos frente a la idea de cambio nos paralizamos, no nos gusta que nos saquen de nuestra zona de confort. ¿Cuántas veces has tenido que tomar decisiones que te han atemorizado para más adelante regresar a ver y pensar que fue una de las mejores de tu vida? En el caso del sueño tenemos miedo de que el bebé sufra, tenemos miedo de intentar todo y no lograr el resultado esperado, tenemos miedo de hacer algo que afecte el apego o que sea algo muy duro para toda la familia, incluso de hacer algo que vaya en contra de un proceso normal o natural.
Para hacer frente al miedo, siempre les pregunto, ¿si por miedo hubieras dejado de hacer cosas importantes, cosas que valen la pena, estarías feliz y completa con tu vida? La mayoría de veces la respuesta que recibo es que si el miedo hubiera detenido tantas decisiones no estarían viviendo la vida, estarían mirando muchas oportunidades pasar y quizá incluso arrepintiéndose más adelante.
Si el miedo es lo que te detiene lo primero que hay que hacer es mirar al sueño desde la perspectiva e importancia que se merece, es una necesidad vital no un lujo o un capricho. Al ser una necesidad vital, lo normal, lo natural es dormir y si un bebé es capaz de hacerlo y no lo hace vale la pena investigar por qué para entender que cambios necesita. Muchas veces es un ajuste muy sencillo y nos hemos paralizado por nada, otras veces es un trabajo un poco más duro que requiere de cambios importantes y de mucha constancia pero por lo general son cambios que tienen mucho que ver con entender y respetar las necesidades del bebé.
Si el miedo te paraliza, infórmate. La información empodera pero para que sea de ayuda siempre asegúrate de obtenerla de fuentes confiables y con un respaldo verdadero. Muchos videos y artículos que encontramos en el internet no citan estudios, fuentes, ni tienen el respaldo de un profesional en el tema que lo haya escrito asique antes de formar tu opinión sobre el tema investiga en fuentes confiables.
En este punto a mí personalmente me ayudo el entender cómo se da el proceso del sueño, saber que hay cosas que puedo controlar para ayudar a que si hay algo de llanto sea lo menos posible, tener un plan de acción y tener mi objetivo claro.
Otra herramienta es buscar ayuda. Una consultora certificada te va a guiar, te va dar respuesta a tus preguntas, te va a ayudar a entender las necesidades de tu hijo, te va a decir que necesitas para lograr tu objetivo o quizá ajustar tus expectativas. Además te va a dar un plan y ese plan te va a dar el control de la situación, te va a acompañar en el camino para que puedas mantenerte en la senda, va a celebrar contigo los pequeños logros y te va a decir con total franqueza que es lo que está impidiéndote alcanzar la meta. Te va a poder hablar con datos, con ciencia y no con opiniones o especulaciones. Al menos es lo que yo busco a hacer con las familias con las que trabajo. Y si decides trabajar con alguien para eliminar ese miedo, busca alguien que tenga una preparación, que haya invertido en capacitarse para ayudarte, que tenga una red de apoyo y que además te sientas cómoda y tranquila porque no todas las consultoras son para todas las familias.
